Si la muerte no existe, entonces ¿qué le pasó a tu perro?
Contrario a nuestra usual forma de pensar, resulta que entendemos al revés la manera en la que funciona el tiempo. La física cuántica nos dice que tanto el pasado, como el futuro, existen en superposición, lo cual significa, que ninguno ha ocurrido aun.
“Tanto el pasado como el futuro”, dijo Stephen Hawking, el famoso físico teorético, “son indefinidos y solo existen como un espectro de posibilidades”.
¿Te parece arcaico? Consideremos un experimento real, que fue llevado a cabo por científicos hace unos años atrás. Un grupo de físicos, liderado por Jean-François Roch, del instituto Ecole Normale Supérieure de Cachan, en Francia, demostró que podían cambiar de manera retroactiva algo sucedido en el pasado. La luz está hecha de pequeños paquetes de energía llamados protones; dependiendo de cómo los veas, estas partículas pueden actuar como olas, o como partículas indivisibles en forma de balas que producen señales distintivas al ser observadas con un detector de partículas.
En el experimento, los científicos dispararon fotones en un “divisor de luz” que rompe las olas en dos. Sin embargo, si el fotón actúa como una partícula, no se puede dividir y tiene que ir de un lado o del otro. Por lo tanto, los fotones tenían que decidir si se comportaban como ondas o partículas al momento de golpear el divisor de luz. Más tarde, después de que los fotones viajaran casi 50 metros más allá de esta bifurcación en el camino, el experimentador podría activar o desactivar aleatoriamente un segundo divisor de haz. Sorprendentemente, lo que el experimentador decidió en la segunda bifurcación determinó lo que la partícula realmente hizo en la primera bifurcación: ¡en el pasado! En resumen, el experimentador en el laboratorio había elegido su propio pasado al tomar una decisión en el futuro.
Si las leyes de la mecánica cuántica son universales, entonces estos resultados experimentales también aplican al mundo ordinario, la gente, y los perros.
Incluso Einstein, (cuya teoría de relatividad especial es la que es normalmente aceptada para el espacio tiempo) concluyó que el pasado no es lo que pensamos que es. De hecho, luego de la muerte de Michele Besso, un viejo amigo, Einstein escribió “Ahora que él ha partido de este extraño mundo un poco antes de mí, me doy cuenta de que la distinción entre pasado, presente, y futuro es una ilusión terca y persistente”.
Todo lo que estás experimentando en este momento es una nube de información en tu cabeza. De acuerdo con el biocentrismo, el tiempo y el espacio son simplemente el medio que utiliza nuestra mente para poner todo junto, organizándolo dentro de la realidad que todos vemos y experimentamos; ese es el lenguaje de la conciencia, no objetos o cosas, como tazas y sartenes.
Tu viaje siempre comienza en el “ahora”. Y aunque puedes tener conocimiento de una posible línea de tiempo en el momento de tu muerte, no es el final. Es solo el principio. Piensa en ti mismo como un precognito que sabe lo que va a suceder (y qué opciones puede tomar).
Por contradictorio que parezca, tu viejo perro Spot tiene toda su vida delante de él contigo. Y lo mismo se aplica a cualquiera de tus seres que pueden haber trascendido del plano terrenal.
Entonces, en el lecho de tu muerte, toma una bolsa de palomitas de maíz y prepárate para que empiece la película.
No hay muerte, esa etapa es solo el comienzo.
Robert Lanza lleva más de cuatro décadas explorando las fronteras de la ciencia y actualmente es considerado uno de los científicos más destacados del mundo. Es director científico de la compañía Advanced Cell Technology, y profesor de Medicina Regenerativa en la Universidad Wake Forest, en Carolina del Norte. Es autor de cientos de artículos e invenciones, y de más de dos decenas de libros científicos, entre los que cabe destacar Principles of Tissue Engineering, reconocido como una referencia definitiva en ese campo.
Fuente: Robert Lanza / Foto: Daniel Frank (pexels.com)