
En su primer libro «La Biología de la Creencia», el Dr. Bruce Lipton cuenta como conoció el testeo muscular kinesiológico, una manera simple y efectiva de comunicarte con tu mente subconsciente.
Una vez que el quiropráctico convirtió su dormitorio en una «consulta» improvisada, supe por vez primera lo que era kinesiología, conocida popularmente como «prueba muscular». El quiropráctico me dijo que extendiera el brazo hacia arriba y que aguantara la presión que él iba a realizar. No me resultó difícil soportar la pequeña presión que ejerció sobre mi brazo. Después me pidió que mantuviera el brazo en alto y resistiera la presión mientras decía: «Me llamo Bruce». Una vez más, no me costó mucho mantener el brazo en alto, aunque esa vez comencé a pensar que las advertencias de mis colegas académicos eran de lo más acertadas.
«¡Esto es una estupidez!», me dije. En ese momento, el quiropráctico me dijo que mantuviera el brazo en alto y aguantara la presión mientras decía con fuerza: «Me llamo Mary». Para mi asombro, mi brazo se vino abajo a pesar de mi resistencia. «Espera un momento… », le dije, «parece que no he ejercido la fuerza suficiente. Probemos otra vez».
Así lo hicimos y esa vez me concentré aún más en resistir la presión. De todas formas, cuando repetí aquello de «me llamo Mary» mi brazo cayó como una piedra. Ese alumno, que en aquellos momentos se había convertido en mi profesor, me explicó que cuando la mente consciente alberga un pensamiento que entra en conflicto con una «realidad» aprendida anteriormente y almacenada en la mente subconsciente, el conflicto intelectual se expresa mediante la debilitación de los músculos del cuerpo.
Para mi más completo asombro, me di cuenta de que mi mente consciente, la cual había ejercitado con tanta seguridad en el entorno académico, no estaba bajo mi control cuando ponía voz a una opinión que difería de una de las realidades almacenadas en el subconsciente. Mi mente subconsciente echaba por tierra los esfuerzos de mi mente consciente por sostener el brazo en alto cuando decía que me llamaba Mary.
Me quedé anonadado al descubrir que había otra mente, otra fuerza, que pilotaba mi vida. Y aún más desconcertante fue comprender que esa mente oculta, la mente sobre la que no sabía más que la teoría psicológica, era en realidad más poderosa que mi mente consciente, tal y como Freud afirmaba. En definitiva, mi primera visita al quiropráctico resultó ser una de esas experiencias que te cambia la vida. Descubrí que los quiroprácticos pueden sacar provecho del poder innato de sanación del cuerpo utilizando la quinesiología para corregir los desajustes de la columna. Salí de esa sensación de adormecimiento como un hombre nuevo tras un simple ajuste vertebral sobre la mesa del «curandero»… Y todo sin utilizar fármacos. Y, lo más importante, conocí a ese «hombre oculto tras la cortina», ¡mi mente subconsciente!
Del Libro «La Biología de la Creencia», de Bruce Lipton.

Bruce H. Lipton, PhD, es internacionalmente reconocido por tender puentes entre la ciencia y el espíritu. Biólogo de células madre, autor del bestseller La Biología de la Creencia y sus dos libros sucesores, La Biología de la Transformación y El Efecto Luna de Miel. Fue galardonado con el Premio Goi de la Paz 2009, ha sido orador invitado en cientos de programas de televisión y radio, así como ponente principal en conferencias nacionales e internacionales.
El test muscular es utilizado como herramienta en las sesiones de PSYCH-K.
Ilustración: Hombre de Vitruvio, Leonardo da Vinci